jueves, 28 de octubre de 2010

FELIZ 113 AÑOS VIEJA ACADEMIA, MI MAGALLANES QUERIDO.

Solo tengo palabras simples y humildes para ti "Mi viejo y querido Magallanes", FELIZ CUMPLEAÑÓS, por que a pesar de todo te seguimos amando.   por que para ser albiceleste hay que tener una locura bella y llena de aguante. Feliz 113 años mi carabela querida, mi manojitos de claveles, solo un albiceleste sufrido entiende esta herencia en sus hombros y te sigue a pesar de todo.
Su bandita, sus gente mayor, ahora sus jovenes en la "Guardia Albiceleste" te hacen honorable, digno de  permanecer en los corazones de quienes te siguen y ven jugar.    Gracias carabela por tantas jornadas de futbol, gracias por tu humilidad y por tu historia.   
Lo cierto es que hay que tener una idea romántica de la vida para ser hincha de Magallanes en una época en que a la gente la impulsan a seguir sólo las causas rentables o victoriosa. Para ser hincha del Magallanes hay que tener el cuero duro y seguir creyendo en los viejos valores de la amistad, del vino tinto, la poesía y el buen fútbol, ese que se sustenta en jugadas asociadas, gambetas mágicas, y sobre todo en el talento de jugadores que saben tratar bien la pelota. El hincha del Magallanes probablemente sea una especie en extinción que sobrevive en los bares color sepia del Barrio Matadero, jugando la última carrera del Chile, soñando con que vuelva la perseguidora, añorando la Boite Royal o el Lucifer, buscando los discos de Humberto Lozán o Luis Alberto Martínez. Un hincha de corazón que es capaz de viajar a cualquier parte para ver a su equipo jugar en potreros donde el pasto suele ser sólo una ilusión.

El hincha del Magallanes es un tipo habituado al rigor, y aunque suele cosechar derrotas, le basta escuchar los sones de la aguerrida "bandita" para renovar sus esperanzas y volver a creer en un triunfo dominguero. Las tribunas magallánicas suelen estar pobladas de gente tranquila que, apenas el equipo "salta" a la cancha, canta con entusiasmo: "Magallanes lucha siempre con valor, vencedores o vencidos, pero siempre con honor". Tribunas que tienen un inconfundible aire familiar que es compartido por hombres y mujeres de diferentes generaciones que festejan las buenas jugadas y retan sin tapujos a los jugadores que equivocan un pase o corren con poco entusiasmo. Como no recordar al "Gordo" Nissim que animara la barra del Magita con sus gritos e inconfundible figura.   Como no recordar el año 1983, cuando clasificó a la Copa Libertadores de América, con un equipo de lujo, en el que participan, entre otros, el Gringo Neff, Eduardo Vilches, Marcoleta, el brasileño Pereira, el "Fino" Toro, y el "Mariscal" Alberto Quintano.

En la cancha brilla la pelota y las camisetas albicelestes parecen cargarse de energía a los sones de la bandita del Magallanes. A mi lado nunca falta el hincha antiguo que recuerda los viejos y buenos tiempos del club, y afortunadamente, tampoco faltan los jóvenes que visten sin rubor la camiseta del equipo. Lo demás es aguardar que la pelota comience a rodar, y sufrir o gozar con las jugadas del equipo, sabiendo que como en la vida, no siempre se gana, y que lo importante es la alegría de tener una causa por la cual bregar.

Feliz cumpleños mi vieja y querida academia.